Esta es una pregunta que mis pacientes me hacen con mucha frecuencia. La respuesta no es fácil, pero voy a intentar dar una contestación para que todos los que tengan esta duda quedan satisfechos con la información.

Primero habría que aclarar de que estamos hablando cuando hablamos de una “prótesis” Una prótesis es un “dispositivo” en su mayor parte metálico que los cirujanos ortopédicos implantamos en un paciente para sustituir las partes muy desgastadas de sus articulaciones por efecto de una enfermedad, por ejemplo, la artrosis, o un traumatismo grave. Las prótesis (también llamadas implantes o artroplastias) van a sustituir la función de las articulaciones gravemente dañadas mejorando el dolor y la movilidad. Son muy frecuentes la prótesis de rodilla, cadera y hombro, aunque hay prótesis para prácticamente todas las articulaciones del cuerpo.

Las prótesis no tienen fecha de caducidad.

No existe la obsolescencia programada en el campo de la cirugía ortopédica, las prótesis pueden durar toda la vida del paciente. Aun siendo esto cierto, la verdad es que algunos enfermos a los que se les ha implantado una prótesis necesitaran a lo largo de su vida una o más cirugías de revisión. Esto significa que en algunos casos deberemos de quitar esa primera prótesis que pusimos para poner otra, habitualmente más compleja que la primera. Esto no pasa en todos los pacientes, ni en los que sucede lo hace a una fecha determinada. Podemos tener un paciente que lleve una prótesis 20 o 30 años y en cambio en otro caso necesite un recambio de prótesis a los 5 años o antes.

Primero quiero aclarar que es mucho más frecuente lo primero que lo segundo. Más del 95% de los pacientes van a tener su prótesis alrededor de 15 años al menos. Los cirujanos ortopédicos nos orientamos sobre este tema con las llamadas “curvas de supervivencia”. Son complejos estudios estadísticos en los que se recoge la información de muchos pacientes a los que se les ha puesto una prótesis y nos dicen la probabilidad de que haya que hacer un recambio en un determinado tiempo.

Las causas principales para tener que cambiar una prótesis son:

  • Aflojamiento aséptico: con el paso del tiempo y debido a múltiples factores se pierde la unión entre la prótesis y el hueso lo que provoca micromovimientos que pueden aumentar el aflojamiento y ser causa de dolor. Incidencia del 4%
  • Aflojamiento séptico: lo que sucede es una infección que afecta a esa unión entre la prótesis y el hueso provocando que se suelte. Es la complicación más temida y por ello en este tipo de cirugía se extreman las medidas de asepsia y desinfección. La frecuencia es inferior al 2%.
  • Desgaste de algún componente de la prótesis. Actualmente con los nuevos diseños y materiales esto es muy poco frecuente.

¿Qué factores aumentan el riesgo de aflojamiento de la prótesis?

  • Edad del paciente: en pacientes jóvenes se supone que van a tener una mayor actividad lo que puede condicionar el aflojamiento o el desgaste de las prótesis. Es por esto por lo que preferimos intervenir a pacientes mayores, pero en algunos casos no hay más remedio que poner una prótesis a un paciente joven, aunque reconociendo que tiene más riesgo de necesitar más de una intervención en el futuro.
  • Actividad del paciente: no es lo mismo la duración de una prótesis en un paciente mayor que su actividad va a ser caminar o a un paciente más joven en edad laboral o que incluso va a realizar alguna actividad deportiva.
  • Peso: también el lógico que cuanto mayor peso tenga que soportar una prótesis más riesgo de que esta se afloje o se desgaste.

Conclusión

En el caso más frecuente en el que implantamos por ejemplo una prótesis de rodilla a una persona entre 70 y 80 años, en la mayor parte de los casos (seguramente más del 95 de cada 100 prótesis implantadas) la prótesis le va a durar toda su vida y no va a necesitar una nueva cirugía. La prótesis “no va a caducar nunca” y el paciente podrá hacer una vida normal, caminar y no tendrá dolor. No obstante, aún en los pocos casos en los que la prótesis le de algún problema y necesita una nueva cirugía, actualmente tanto la técnica quirúrgica como los nuevos modelos de prótesis permitirán solucionar el problema.

Lo importante para mis pacientes no va a ser cuanto les va a durar la prótesis, ya que como hemos visto anteriormente esto no va a ser un problema para la mayoría de ellos. Lo verdaderamente trascendental es si la prótesis va a ser la solución para sus problemas, es decir si la intervención está verdaderamente indicada. Cuando un paciente presenta una afectación en alguna de sus articulaciones con importante destrucción de estas, incapacidad para caminar o realizar actividades de la vida cotidiana y dolor que no podemos controlar con la medicación adecuada puede estar indicada la colocación de una prótesis, sobre todo si es una persona de más de 65-70 años. En el caso de que esto ocurra en una persona de menos edad, sobre todo si tiene menos de 55-60 años, también puede ser una solución posible, pero en este caso si que tendremos que hablar de la posibilidad de que por su menor edad si que es posible que vaya a necesitar una cirugía en el futura para recambiar su prótesis en caso de que esta se afloje o movilice.

Y ya que hablamos de edades, también puedo aclarar que no hay una edad límite para la colocación de una prótesis si esta está bien indicada, más importante que la edad será el estado de salud del paciente. Actualmente encontramos personas de 85 o 90 años con un estado de salud bueno que pueden beneficiarse de una prótesis de cadera o rodilla para continuar con su vida sin dolor ni limitación funcional.